lunes, 19 de abril de 2010

¿Alguna enfermedad ha arruinado tu viaje? Esta es mi experiencia

Me ha pasado en dos ocasiones y ambas con mi pololo. La primera fue el año pasado en Machu Picchu. Nos levantamos como a las 4 de la mañana para subir caminando. Íbamos de lo mejor hasta que a él le empezó a doler el estómago. Fue tanto, que tuvimos que parar a uno de los buses para seguir el camino. Ya arriba, el pobre apenas podía subir las escaleras y yo creo que no escuchó nada de lo que dijo el guía. Finalmente se devolvió sólo a Aguas Calientes mientras yo subía el Huayna Picchu.
La otra experiencia fue en febrero recién pasado en Cuenca, Ecuador. Estaban en carnaval y para esa fecha acostumbran tirar agua a todo aquel que pase por delante. A mi pololo le dio otitis, así que las únicas salidas que hicimos fueron a un par de hospitales y a las farmacias para que le inyectaran antibióticos. Él no podía arriesgarse a que lo mojaran, pero yo salí igual. Recorrí la ciudad sola, gritando y escapando de los niños que me perseguían y apuntaban con bombitas de agua. Quedé empapada, pero lo pasé demasiado bien.

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